El imperio de la Inteligencia Artificial: investigadores y expertos ambientales chilenos forman parte de bestseller sobre OpenAI

El imperio de la Inteligencia Artificial: investigadores y expertos ambientales chilenos forman parte de bestseller sobre OpenAI

Investigadores del Núcleo Milenio FAIR y expertos socioambientales fueron citados en el bestseller del New York Times Empire of AI: Dreams and Nightmares in Sam Altman’s OpenAI de la periodista estadounidense Karen Hao a propósito el problema de los data centers en el país. El bestseller, publicado en mayo de 2025, aborda la historia de OpenAI, la creación de ChatGPT y sus consecuencias medioambientales y sociales a nivel global.

En 2024, Karen Hao, periodista estadounidense especializada en inteligencia artificial, visitó Chile como parte de su investigación para el libro Empire of AI. Cinco años antes, Hao había sido la primera en realizar un perfil de OpenAI, entonces una empresa poco conocida, para la revista MIT Technology Review. El texto no fue bien recibido por los directivos de la empresa. En su visita, la reportera visitó Santiago y el norte de Chile, y se reunió con académicos y activistas para cubrir un punto clave en la cadena de producción de la inteligencia artificial: los centros de datos.

Empire of AI no es un libro corporativo. Tras siete años de reporteo, Hao relata la historia detrás del revolucionario ChatGPT y sus creadores desde una perspectiva alarmante: la dirección que está tomando el desarrollo de la IA, conducido desde el Norte Global, implica un consumo desmesurado de datos, trabajo, energía, agua y recursos naturales, que están siendo extraídos de las comunidades más vulnerables del mundo, en un fenómeno comparable con el imperialismo. Y uno de los casos que revisa, en el capítulo titulado “Plundered Earth” (“Tierra saqueada”), es el de la instalación de centros de datos en Chile en respuesta a la intensificada demanda de infraestructura para el almacenamiento y procesamiento de datos.

Con la explosión de la inteligencia artificial, Chile —cuya economía se basa en gran medida en la exportación de minerales como el cobre y el litio, fundamentales para construir aparatos electrónicos y baterías— se convirtió en un destino ideal para que grandes empresas tecnológicas como Google y Microsoft, aliado de OpenAI, construyeran sus data center. En 2024, el Gobierno de Chile anunció mediante el Plan Nacional de Data Centers su interés en convertir al país en un hub digital en la región. Sin embargo, así como ocurre con la minería en el norte del país, esta práctica destruye los ecosistemas circundantes y la calidad de vida de las comunidades aledañas. Sin proporcionar empleos ni reparaciones ambientales significativas, los centros de datos requieren inmensas cantidades de agua potable para sus sistemas de enfriamiento, la que es extraída de los sectores vulnerables y muchas veces en sequía donde se instalan, como es el caso de Quilicura.

Martín Tironi, director del Núcleo Milenio FAIR (Futuros de la Inteligencia Artificial), es citado en el capítulo al condensar un sentir que Hao registró a lo largo del país: la urgencia de reimaginar alternativas de desarrollo de estas tecnologías que no reproduzcan una lógica meramente extractiva. Como ejemplo, la autora destaca el workshop “Humedales Enmarañados”, coorganizado por Resistencia Socioambiental Quilicura, los investigadores FAIR Nicolás Díaz Bejarano (UC) y Serena Dambrosio (UDP), y la arquitecta y académica Marina Otero Verzier. La iniciativa convocó a estudiantes para explorar, desde la arquitectura y el diseño, nuevas posibilidades de reconfigurar los centros de datos y sus vínculos con ecosistemas y comunidades.

En una discusión que tiende a enfocarse en discursos de progreso, sin contemplar todas las aristas de impacto y consecuencias de las políticas de la IA, el reconocimiento de estos casos y proyectos en un libro como Empire of AI muestra un significativo avance en cuanto a la consideración de nuevas miradas a nivel público y global. En un escenario marcado por la crisis socioecológica, se vuelve urgente reconducir las políticas de inteligencia artificial hacia el cuidado de los ecosistemas y las comunidades: reconocer los límites planetarios, garantizar justicia hídrica y establecer protocolos efectivos de transparencia y participación. Iniciativas como FAIR o el trabajo de organizaciones como Resistencia Socioambiental Quilicura, impulsan desde Chile y América Latina nuevos marcos que articulen la innovación tecnológica con principios de responsabilidad y cuidado, y proyectan estas miradas en la esfera pública, académica y política.